jueves, 30 de junio de 2016

Noppera-Bo - Los fantasmas sin rostro



El Noppera-Bo es descrito como un fantasma sin rostro en el folklore japonés, donde a veces se les refiere por error como "mujina", una palabra japonesa que también define al tejón y al perro mapache o Tanuki.


De acuerdo al mito, el Noppera-Bo es un ser de apariencia aterradora, pero por lo regular inofensivo. Aparecen como personas familiares a sus víctimas, para luego transformarse, haciendo que sus facciones y rasgos desaparezcan, dejando su rostro como una limpia masa de piel.



Los Noppera-Bo aparecen en el folklore japonés, pero hay una leyenda urbana que resulta relativamente perturbadora, y que ha sido contada en manga, anime y en películas a lo largo de los últimos cincuenta años: La leyenda de la Mujina del camino Akasaka.


En el camino Akasaka, en Tokio, existe una pendiente llamada Kii-no-kuni-zaka, que significa "la pendiente de la provincia de Kii", y en la cual, en uno de sus costados, existe un foso antiguo, profundo y muy ancho con paredes verduzcas por el moho que se alzan hacia un área de jardines, y del otro lado del camino se extienden las largas y enormes paredes de un palacio imperial.


Los registros históricos dicen que antes de que existiera iluminación en las calles, este vecindario era increíblemente solitario tras el anochecer, y que los peatones preferían rodear la colina y andar por kilómetros en lugar de bajar o subir solos por la Kii-no-kuni-zaka.
Todo porque había una Mujina que caminaba de vez en cuando por ahí.


El último hombre que vió a la Mujina, era un viejo mercader del área Kobayashi, que murió en los sesenta y narraba su aterradora experiencia con una Mujina...


"Una noche al atardecer, estaba subiendo a toda prisa por el Kii-no-kuni-zaka, cuando percibí a una mujer agachada cerca del foso, solitaria y llorando amargamente. Temí que tuviera la intención de ahogarse a sí misma, así que me detuve a ofrecerle cualquier tipo de consuelo o asistencia disponible en mis manos.


Era delgada y vestía elegantemente, y su cabello estaba peinado como el de una joven de buena familia. 'O-jochu', exclamé acercándome - '¡O-jochu, no llores así!... dime qué tienes, y si puedo ayudarte de alguna forma, estaré feliz de hacerlo.'


Pero ella continuó llorando, ocultando su rostro con una de las mangas de su kimono.


'O-jochu' - dije de nuevo, tan gentilmente como pude - 'por favor, por favor, ¡escúchame! ¡este no es lugar para una dama por la noche! No llores, ¡te lo imploro! ¡Solo dime como puedo ayudarte!'

La joven se puso de pie lentamente, sin dejar de llorar, con el rostro oculto tras su manga. Le puse una mano en el hombro con suavidad y supliqué:

'¡O-jochu! ¡O-jochu!... escúchame, solo por un momento... O-jochu, ¡O-jochu!'


La O-jochu entonces se giró, dejó caer su mano y se frotó la cara con la mano. Entonces pude ver que no tenía ojos, nariz o boca. Y entonces grité, y corrí a la cima de Kii-no-kuni-zaka, y todo era oscuridad y vacío frente a mí; pero jamás miré hacia atrás, así que continué hasta que ví una linterna. Era solo la linterna de un vendedor de Soba, que tenía su local al lado del camino, pero cualquier luz y cualquier compañía humana estaban bien tras la experiencia, así que me tiré a los pies del viejo vendedor, llorando.


'¿Qué pasó? ¿Qué tienes? ¿Quién te lastimó?' preguntó el vendedor.
'No, nadie. Solo... ¡Aa! ¡Aa!'
'¿Solo te asustó?' preguntó el vendedor de forma poco simpática. '¿ladrones?'
'No, ladrones no!' grité 'Vi... vi... vi a una mujer cerca del foso... y ella me enseñó... ¡no puedo decirte qué me enseñó!'
'Eh, ¿era algo así lo que te eneñó?' preguntó el vendedor, frotándose la cara que rápidamente se volvió como un huevo, y simultáneamente la luz se apagó."


Aunque claro, parece que las Mujinas o Noppera-Bo no se encuentran limitadas a Japón, pues en Hawaii se reportó a finales de los cincuenta, la aterradora historia del encuentro de una mujer con esta criatura en los baños de un local.


La historia de la Mujer sin Rostro data del 19 de mayo de 1959, cuando Bob Krauss reportó en el Honolulu Advertiser del encuentro de una mujer con la Mujina en el Teatro Waialae Drive-In, en Kahala.


Una versión de la historia narra que una chica salió de su automóvil a media función, y fue al baño alrededor de la media noche para ponerse lápiz labial.


Supuestamente, en el espejo vio a una figura de pie tras ella, con largo cabello y sin rostro. Vio horrorizada que la figura no tenía piernas, solo la mitad del cuerpo; y cuando se dio la vuelta para mirarla, no encontró a nadie. La puerta se azotó y encerró a la pobre chica, que acabó desmayándose.


La otra versión reportada por Krauss dice que la mujer fue al baño, pero que cuando entró se dió cuenta de que había otra mujer frente al espejo, peinando su largo cabello. La primera mujer se acercó y entabló conversación, pero fue ahí cuando la mujer frente al espejo giró para verla y le reveló que no tenía rostro; dejando a la víctima tan aterrada que acabó en un hospital tras un colapso nervioso.


Se achacó que, la causa tras la aparición de la Mujer sin Rostro era el hecho de que el Teatro Waialae Drive-In estaba al lado de un cementerio. El gerente Albert Silva negó que los baños de su autocinema estuviesen embrujados, pero se dio cuenta luego de un tiempo que la historia ayudó al negocio.


En 1981, durante un programa de radio sobre los fantasmas en Hawaii, se recibió una llamada anónima, en la cual el radioescucha describió de un encuentro con la criatura sin rostro, pero él la describió como un ser con brillante cabello rojo. 


Algunas historias la Mujina indican que este tipo de fantasma también ha sido visto en el Japón contemporáneo, a veces dentro de baños para mujeres; mientras que en Hawaii ha habido reportes (y rumores) de encuentros con este ser en dos restaurantes en Hilo, y en varios centros comerciales de la Isla de O'ahu.


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miércoles, 29 de junio de 2016

La leyenda del mono de Hartlepool



Napoleón

En los tiempos napoleónicos, la sola mención del nombre del Emperador Francés bastaba para generar inquietud – incluso ira – en los ciudadanos de las Islas Británicas. Napoleón era odiado, admirado, juzgado, pero sobre todo temido. Solo una pequeña línea de agua de unos pocos kilómetros – el Canal de la Mancha – separaba al imbatible ejército napoleónico de las costas británicas.
Solo la Imponente Armada Real (imbatible ella en los mares) impedía que el Emperador conquistase Inglaterra y sometiese a su yugo a prácticamente todo el continente europeo.
Napoleón dijo en varias ocasiones que únicamente necesitaba controlar el Paso de Calais (el punto más cercano entre las dos costas) durante 3 horas para conquistar Inglaterra. Los ingleses sabían que tenía razón y que una vez desembarcara sería imposible enfrentarse a su ejército, por ello, el cuidado de la costa era fundamental.



La Leyenda del Mono de Hartlepool

En aquellos años, como es de esperarse, los habitantes de las costas británicas estaban particularmente nerviosos. Ocasionalmente aparecían barcos con la bandera francesa (el Canal no es muy ancho) que de inmediato generaban una respuesta de los pescadores, listos a defenderse y a informar a los comandos de defensa de la isla.
Un día un barco con la bandera francesa apareció. Parecía tener problemas: el clima era particularmente fuerte y no tenía cara de estar preparado para enfrentarlo.
Eventualmente el oleaje hizo que el mástil se rompiera y los tripulantes escaparon en botes más pequeños, dejando a su paso los restos del barco que llegaron a las costas de Hartlepool. Durante todo este tiempo los pescadores del área habían estado vigilando con cuidado, por lo que vieron llegar un pequeño monito disfrazado con el uniforme francés.
En otras circunstancias, el animal habría sido adoptado por los hombres. Pero esto era la guerra y la paranoia británica era considerable, por lo que se consideró que el mono era probablemente un espía… y lo colgaron.
Pero como si la historia no fuera lo suficientemente macabra de por sí, algunos historiadores le apuntan a que oculta una verdad aún más horrible:


El niño de Hartlepool

La teoría surge de que en aquel periodo los encargados del acarreo de la pólvora en los barcos (fundamental para disparar los cañones) eran llamados powder monkey (algo así como mono de la pólvora). Se trataba, en su mayoría, de niños o adolescentes de no más de 16 años, idóneos para la labor por su capacidad de moverse con agilidad en medio del zarandeo de los barcos.
En efecto, aunque es posible que un mono fuese la mascota de una tripulación ello no es muy probable, menos aún si tenemos en cuenta que en Europa prácticamente no hay primates (si exceptuamos a los humanos, claro).


Y además, resulta mucho más razonable que los pescadores consideraran a un niño un posible espía a que lo hicieran con un mono. Un niño sí podría llevar información valiosa de vuelta, resultando un peligro para los ingleses.
En cualquier caso, el hecho resulta macabro de ambas maneras. Sea un niño o un mono el que haya muerto, la historia nos recuerda que los horrores de la guerra no perdonan a nadie, ni siquiera a los más inocentes.



En el pueblo costero de Hartlepool, en el noreste de Inglaterra, perdura una leyenda de hace dos siglos sobre un mono que fue ahorcado por los pescadores del pueblo al considerarlo un espía francés. A comienzos del siglo XIX, en el transcurso de las Guerras Napoleónicas, los pueblos costeros ingleses vigilaban sus aguas ante la posible invasión francesa. Una tormenta desvió de su rumbo un barco de guerra con pabellón francés, haciéndolo llegar hasta la costa de Hartlepool. Los lugareños, expectantes, contemplaban aquella lucha desigual hasta que el buque perdió el mástil y se partió en dos. A la orilla llegaban los restos del naufragio: cajas de suministros, el mástil… y un mono empapado con el uniforme francés sobre una tabla.


En aquello días, ante el acoso de Napoleón, los ingleses vivían en estado de psicosis permanente: se mostraban desconfiados, por todos los sitios veían espías… hasta un simple mono supuso un peligro para los habitantes de Hartlepool. Se acusó al pobre mono, que no era otra cosa que la mascota del barco, de espía y en la misma orilla se le juzgó y sentenció a la horca. Se clavó el mástil del barco en la arena y se ahorcó al mono.

Lo que podría haber quedado en un episodio de maltrato animal y, sobre todo, de estupidez humana podría esconder algo peor… el ahorcamiento de un niño. La leyenda ha llegado hasta nuestros días como el ahorcamiento de un mono (monkey en inglés) pero en la tripulación de los buques de guerra había otro tipo de monkey… los powder monkey: eran niños o adolescentes que se encargaban de llevar la pólvora (powder) de la bodega a los artilleros. Quizás en algún momento, a lo largo de estos dos siglos, alguien interesado en que Hartlepool no fuese protagonista de aquella atrocidad, decidió cambiar al powder monkey por un monkey.


Es mejor quedar como estúpidos (ahorcar un mono por espía) que como inhumanos (ahorcar un niño).

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martes, 28 de junio de 2016

El origen de la muerte – mitología japonesa



Un antiguo mito japonés, el de la creación y el origen de las primeras formas, dioses, seres fantásticos, seres terrenales e ideas, así como el de la muerte


La mitología japonesa cuenta que los primeros dioses decidieron crear a dos seres divinos, un dios llamado Izanagi y una diosa llamada Izanami quienes se unieron en matrimonio.


Estos seres divinos fueron los encargados de crear numerosas islas y más dioses que poco a poco llegarían a formar la tierra en la que vivimos actualmente. Izanagi e Izanami tuvieron mucha descendencia, pero cuando la diosa engendró a Kagutsuchi (dios del fuego) pereció.


Izanagi estaba totalmente desconsolado, amaba por encima de cualquier cosa a su esposa y no soportaba la idea de pasar el resto de sus días alejado de su mujer. Este fue el principal motivo por el que decidió viajar a Yomi (la tierra de los muertos).


Pronto llego al lugar donde se suponía que la encontraría, un sitio que al parecer no se diferenciaba del mundo terrenal nada más que por la absoluta y perpetua oscuridad. A pesar de la similitud con el exterior Izanagi comenzó a sentirse mal, echaba demasiado de menos la luz y los placeres terrenales. Definitivamente ese lugar no estaba hecho para él.


Se apresuró entonces a encontrar a Izanami y cuando la encontró le suplicó que volviera con él a la vida en la tierra. Izanami en respuesta escupió a su pareja, de esta forma quería indicarle que ya era demasiado tarde. Ella no quería moverse de Yomi, estaba bien allí y se había acostumbrado a la eterna oscuridad.


Izanagi de ninguna de las maneras pretendía aceptar la negativa de Izanami, así que continuó con su lucha por convencer a su esposa. Finalmente la diosa accedió pero antes suplicó a su dios que le permitiera dormir durante un rato sin entrar en sus aposentos.


El nervioso dios no pudo soportar más tiempo en la oscuridad, necesitaba ver a su esposa, sentirla, tocarla. Así pues, decidió entrar mientras esta dormía y encendió un peine como si fuera una antorcha. La visión que tuvo a continuación dejó completamente espantado al dios.


Ella estaba completamente deformada, su carne estaba descompuesta, llena de gusanos. Sin duda alguna una imagen que dejó totalmente asqueado al dios que decidió salir corriendo del mundo de los muertos.


Izanami despertó y al ver el rechazo en la cara de su amado enfureció de manera violenta. Se dispuso a perseguirlo por todo Yomi con el único fin de matarlo. A esta persecución se sumaron las Shikomes salvajes o mujeres asquerosas, pero Izanami lanzó rápidamente su gorro transformándolo en uvas negras que frenaron de alguna forma el paso de estas, no obstante siguieron avanzando.


Ante el fracaso de su ataque, Izanami decidió lanzar su peine que se transformó en brotes de bambú parece ser que esto frenó a las Shikomes, no obstante, comenzaron a seguirle más seres horribles de Yomi.


El dios comenzó a orinar en un árbol creando un río enorme pero de nada sirvió, posteriormente lanzó melocotones que tampoco sirvieron para detener la persecución pero lo ayudaron a llegar más lejos.


Izanagi llego exhausto a la puerta que separaba el mundo de los muertos del mundo terrenal, cruzó el umbral y cerró fuertemente la roca que los separaba. Ante tal desenlace Izanami gritó desgarradamente detrás del obstáculo, maldijo a su marido y le anunció que si no dejaba que saliera mataría todos los días a 1.000 hombres. Izanagi se enfureció con las declaraciones de su mujer y sentenció que si ella hacía eso él daría vida a 1.500 hombres al día.


lunes, 27 de junio de 2016

Cuando los demonios atacaron a la policía



Muchas personas al leer esta breve introducción pueden pensar que se trata de parte de un guion de una película de terror, pero la realidad es que es nada más ni nada menos que el informe policial de un suceso ocurrido en mayo de 2012 en una casa de Gary, Indiana, donde veteranos agentes de policía de diversos estados, médicos experimentados, paramédicos, enfermeras y trabajadores sociales afirmaron ser “atacados” por demonios. Según dijeron las autoridades es, sin duda, el caso más extraño e inquietante de toda su historia.

Comienza la pesadilla

Todo comenzó en noviembre de 2011, cuando la familia Ammons (Latoya de 32 años, su madre Rosa Campbell y sus tres hijos) se mudaron a una casa de alquiler en Carolina Street, Gary, una calle tranquila junto a otras pequeñas casas de un solo piso. Poco después, comenzaron a suceder extraños incidentes, tales como moscas enormes que de repente irrumpieron en la casa durante todo diciembre, pasos en el sótano y huellas de botas mojadas por el suelo de la sala de estar.


“Un niño de nueve años de edad, caminaba hacia atrás subiendo por la pared hacia el techo en presencia del personal sanitario mientras su madre tremendamente aterrorizada afirmaba que él y sus dos hermanos habían sido poseídos por demonios”.

Pero el terror se intensificó el 10 de marzo de 2012, cuando la familia recibió la visita de unos amigos. Por la noche la hija de Latoya empezó a gritar, obligando a todos a levantarse alarmados. Cuando entraron en la habitación observaron atónitos a la pequeña levitando por encima de la cama.

“Yo pensé: ¿Qué está pasando?”, dijo Latoya. “¿Por qué está pasando todo esto?”.

Todos los presentes comenzaron a rezar hasta que la niña volvió a la cama, pero sorprendentemente la pequeña no podía recordar nada sobre el incidente. Los amigos que visitaron a la familia Ammons nunca más volvieron. Pero este incidente solo fue el principio de la pesadilla para los Ammons, que muy a lo contrario de lo que pensaron los fenómenos se intensificaron. Y como ocurren en muchos de estos casos, la familia no podía permitirse el lujo de trasladarse debido a sus problemas financieros, así que tuvo que soportar una autentica pesadilla.


Sin otra solución aparente, la familia contactó con videntes y expertos en la materia, quienes le advirtieron sobre la presencia de unos 200 demonios en la casa. Otros expertos le aconsejaron que lavara las manos de los niños con aceite consagrado, que hiciera un altar en el sótano y quemara salvia y azufre en toda la casa, todo un ritual para protegerse de la presencia maligna. A pesar de sus esfuerzos, los demonios continuaron en la casa y cada vez más los niños mostraban signos crecientes de posesión.

Con el paso de los días a los pequeños se les hinchaban los ojos o en ocasiones sonreían como su el mal estuviera en su interior. Ya era asiduo que los más pequeños de la casa se sentara en frente del armario para hablar con algo que nadie podía ver, y en una de las ocasiones, fue incluso golpeado por fuerzas invisibles. Debido a las diversas contusiones de los hijos de Latoya, tuvo que llevarlos a su médico, el Dr. Geoffrey Onyeukwu, quien no dudo en visitar el hogar familiar. Durante la visita, el informe médico detalló que el hijo menor fue “levantado e impulsado contra la pared sin que nadie lo tocara”.



En este punto muchas personas pueden pensar que se trataba de un claro caso de abuso o negligencia infantil. Y esto mismo es lo que barajaron los médicos, quienes evaluaron a Latoya llegando a la conclusión de que no tenía ningún problema mental. Los medico eran completamente escépticos con la versión ofrecida por la Latoya y su madre, pero mientras evaluaban al pequeños la opinión de los sanitarios cambio por completo. Mientras los doctores estaban con el niño, este empezó a gruñir y sus ojos se pusieron en blanco. Además el informe médico decía que tanto la psiquiatra como la enfermera afirmaron que el niño de nueve años de edad, “mostraba una “extraña sonrisa” y que luego caminó hacia atrás subiendo por una pared hasta el techo. Luego cayó de pie, cogiendo la mano de su abuela”.

“No hay manera de que pudiera haber hecho eso”, dijo la enfermera.

Entonces el dictamen oficial medico entregado a las autoridades era que una “mala influencia externa” podría estar afectando a toda familia. Rápidamente los niños fueron llevados a asuntos sociales después de que los trabajadores encontraron que los Ammons estaba descuidando su educación, aunque ella dijo que era debido a toda la actividad macabra que los mantenía despiertos toda la noche.


Las autoridades deciden investigar

Debido a la extrañeza del caso, médicos expertos decidieron ir a la casa de los Ammons para comprobar su estado acompañados por tres policías, entonces comenzó otro infierno. Durante la visita, una de sus grabadoras funcionó mal y la grabadora de audio capturó una voz que parecía susurrar “bueno”, según el informe policial. También hicieron fotografías de toda la casa y cuando estas fueron comprobadas en el estudio fotográfico, parecían mostrar rostros nublados en las imágenes.

El jefe de la policía agregó que, después de salir de la casa, la radio de su coche dejó de funcionar. Pero aún fue más escalofriante el relato de otros de los policías, quien explicó que el asiento del conductor en el coche patrulla comenzó a moverse hacia atrás y hacia adelante por sí solo, pudiendo haber ocasionado un accidente.


Charles Austin, Capitán de la Policía de Gary

Nadie sabía qué hacer, ni expertos ni las autoridades ni sanitarios. Entonces durante una segunda visita a la casa en mayo de 2012 fueron acompañados por un exorcista, el reverendo Michael Maginot. Este tampoco pudo protegerse del mal, ya que mientras se encontraba en el sótano tocó un misterioso líquido que más tarde le provocó dolores en los dedos y sintió como si estuviera teniendo un ataque de pánico. Además sentía como si alguien que no se podía ver estuviera en el sótano, respirándole en el cuello. Pero los problemas le surgieron días después al exorcista, quien comenzó a experimentar una seria de problemas médicos, desde quemaduras a numerosos huesos rotos misteriosamente.


Zak Bagans

Después de la visita, el exorcista realizó un exorcismo de liberación a toda la familia Ammons que consistía en oraciones para expulsar a los demonios. Pero no parecía funcionar, así que el exorcista obtuvo la autorización por el obispo Dale Melczeck de la Diócesis de Gary, para llevar a cabo tres exorcismos mucho más poderosos en su iglesia de Merrillville en junio de 2012, con los oficiales de policía presentes. Después del exorcismo, los Ammons se les otorgó una ayuda para trasladarse de casa en Indianápolis, además de recuperar la custodia de sus hijos.

El Capitán de la Policía de Gary, Charles Austin de 62 años, estuvo presento en la investigación y durante la grabación del material. El entró siendo escéptico y se fue convencido de que acababa de ser testigo de la apertura de un “portal al infierno”.

“Cada uno de nosotros que estaba allí ese día en el sótano sabemos lo que vimos, fue a través de lo que hemos pasado… después de que todos pensamos lo mismo, que todos lo llamamos igual. Es un portal al infierno”, explicó Charles Austin.

Zak Bagans acaba de comprar la casa notoria en Gary, Indiana, 
por el precio de ganga de $ 35.000!

La “casa del infierno”, como se conoce ahora, tiene nuevos inquilinos, pero el propietario no ha reportado extraños fenómenos ni nada parecido. Latoya mantiene que la pesadilla que tuvo que vivir fue toda una realidad.

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